No hace tanto, tampoco fue ayer. Solo unos días, pero que
quedaron grabados a fuego en la memoria de Pablo Álvarez, la estrella argentina
del “Barca”. Fue el 11 de abril pasado, cuando el talento “Albiceleste” volvía
de una lesión, que lo alejó un mes de las pistas. El cuerpo médico del club
catalán dio el ok para que el jugador ingresara al cinco inicial, y el técnico,
sin dudarlo, aceptó.
Pablo Alvarez y su amigo el gol. (Fotos fcbarcelona.es)
El partido era complicado, porque el rival, el Liceo,
llegaba como escolta y con ganas de hacer historia en un estadio “imposible”.
Pero ese día nada, nada pasaría a favor de los gallegos, encontrarían al
auténtico “Messi” del Hockey. El nacido en Olimpia trinitense apareció en todo
su esplendor, como si, en el mes de ausencia, hubiera “juntado” calidad para la
gran vuelta. Y pareció así nomas…
Los 2.500 espectadores quedaron mudos, atónitos. Álvarez
comenzó el juego justificando el porqué
es indiscutido en la formación catalana y en la selección argentina. Apenas
unos minutos y ya había complicado mucho a Valentín Grimal, el mendocino del
Liceo. Tres goles, de gran calidad, en el primer tiempo y dos en el segundo,
convertían al sanjuanino en el primer hombre en hacer “póquer” en la
temporada. Fue una noche de sueños, un
mago no hubiera pintado con exactitud esa tarde de hockey.
El resultado de 7-4 para el Barza fue anecdotico. Pero el
partido quedó en la historia para el sanjuanino, que volvió con un juego
maravilloso, para su equipo que se afianzó en la punta y para el público que quedó
sin palabras. Fue la tarde que enmudeció el Palau
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