Que el hockey sobre patines es pasión, no lo duda nadie. Es
un deporte que genera entre la gente que lo conoce y lo frecuenta un
acercamiento inenarrable, casi idealista. Y de otras personas, que lo conocen e
inmediatamente se enamoran de la “bochita” y el “stick”. “Yo sin Hockey me muero” dice Diego Birentzwaig, porteño de 39
años, que alguna vez vio jugar a su primo, dos años menor que él, en cancha de
Platense y se enamoró definitivamente de este deporte. Pese a que un
entrenador, por aquellos años, le recomendó dedicarse a otro deporte, Diego fue
perseverante y terminó jugando casi toda su vida en el club “Calamar”.
Hace poco se mudó a Pergamino y decidió inaugurar una escuelita
de hockey pero sin renunciar a sus funciones en Argentino Juniors, donde hace
varios años que trabaja enseñando este deporte
“A los 9 años fui a
ver jugar hockey a mi primo, dos años
menor que yo, en Platense. Llegue y un entrenador me dijo que me dedique a otro
deporte, pero como me encantó decidí aprender a patinar por fuera de la pista
hasta que otros entrenadores me vieron y me probaron en el arco. Desde Infantil
hasta Juniors, siempre en Platense, alternábamos entre primer y segundo puesto
por lo cual tengo más de 10 Argentinos jugados” dijo Birentzwaig que
recuerda siempre haber compartido cancha con varios notables de este deporte. “Me he cruzado en varios Argentinos con
Carlos López, Panchito Velázquez,Roberto “bicho” Albarracin, David Paez,
Cristián Brandoni, Méndez Casariego” dijo.
Tras dejar unos años la actividad, cuando se decidió
nuevamente, ya Platense había dejado de tener hockey. “Me fui a jugar a Ciudad y entrenar a los arqueros. Después me
buscaron de Geba, para ser entrenador y jugar, hasta hace tres años que soy el
DT de Argentinos Juniors. Los dos primeros años de primera y reserva y este
último, sólo tenemos reserva” expresó.
Como todo hombre conocedor, y amante de un deporte que es
pasión en San Juan, uno de sus mejores maestros es un sanjuanino. “Unos de mis grandes maestros fue el Beto
Nuñez o como le dicen en San Juan, el capo. Es amigo mío hace mas de 15 años y
como un padre para mí en el hockey” dijo Diego que también reconoció a Daniel
Pérgola y Jorge Dasis, como sus maestros bonaerenses.
Como todo arquero, no olvida su espejo en el puesto. Y ese
espejo es nada más y nada menos que el portero argentino campeón del mundo en Recife
1995 y campeón Olímpico, Guillermo “Wily” Herrman. “Mi referentes como arquero”, dijo
Casado y con dos hijas, Diego Birentzwaig es un amante sin
frenos del hockey sobre patines. Aún atajando, de vez en cuando, en el Rojo de
la Paternal, promete dar batalla a los años y demostrar que casi a los 40,
cuando se quiere se puede. Jugará, posiblemente, ante la reserva de Geba, como
antesala del partido de Liga Nacional entre Richet Zapata y el conjunto
porteño.
Jugador y técnico, ahora también entrenador pergaminense, es
un fiel reflejo de miles de voluntades que siguen luchando a lo largo del país
para que este deporte se mantenga siempre. Sin ser sanjuanino, es un
sacrificado del hockey, porque a diario recorre muchos kilómetros en pos de su
pasión. El sabe, porque lo siente, que un esfuerzo total, es una victoria
completa.
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