Maximiliano
Oruste es una de las mayores promesas del hockey sobre patines de San Juan. Con
20 años recién cumplido, tiene el talento de pocos, buen manejo del stick,
veloz, buena finta, es uno de los jugadores que mas futuro tiene, a decir de
los que saben.
Este año,
afrontará su primera responsabilidad europea de “alto vuelo”. El 30 de septiembre
comenzará su contrato con el Valdagno y él solo piensa en dejar buena imagen,
sabe que en esta “cruzada” se juega gran parte de su despegue.
No se han
equivocado en mostrarlo como una de las perlas del hockey sanjuanino. Desde el Barcelona,
que algo conocen de nuevos talentos, ya lo ficharon para que integre la
escuadra del filial B. Es mas, lo conocían del Mundial Juvenil Sub 20, de Portugal en el 2011, que lo
jugó con solo 17 años. El Chirola Marcelo Uribe, le hizo el puente con Ricard
Muñoz, el técnico “azulgrana” de la
OK Liga , y solo bastó nombrarlo para que la “potencia
española” se lo quedara.
En
realidad, como a cualquier club le conviene que los “chicos buenos crezcan rápido”, el
Barcelona le dio la opción a “Maxi” de quedarse en el filial o jugar en otro
club para tomar experiencia. Él optó por la segunda y apareció la
alternativa del Valdagno, junto a Lucas Ordóñez.
“Si bien el
contrato arranca el 30 de septiembre, viajaré el 18 del mes que viene (agosto)
para comenzar los entrenamientos” dijo el jugador, que inició su historia hockística,
en el entonces Loma Negra cuando contaba con tan solo 3 años. Luego, a los 8, sus padres lo cambiaron a Banco Hispano, para
culminar ahí todo el proceso de escuelita.
Hasta el
viernes pasado, era el jugador estrella del club de la Avenida Paula Albarracín. Integró
la escuadra que acaba de terminar como subcampeón, aunque esta experiencia lo
dejó amargado. “Estoy con ganas de comenzar en el Valdagno, pero no me puedo
olvidar de la derrota ante Valenciano. Ese resultado me dejó mal”, expresó.
Maximiliano
Oruste es un pibe que piensa en grande. Como cualquier jugador que tiene frente
a si el gran momento de su vida, su gran meta es “fintear” y hacer goles. Y
soñar, que esta experiencia italiana sea la base, el cimiento, para su gran
objetivo: la primera del Barza. Como el
Panchito, Como Gabriel Cairo, como José Luis Páez o cualquiera de los argentinos que
dejaron huella. Aunque, a lo mejor, su sueño sea mayor. Volver y ser campeón
con Banco Hispano.
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