Es de buen tipo agradecer las ayudas y apoyos que lo
llevaron a ser, lo que hoy es. Un gran jugador de hockey, que milita en una
liga incipiente, de gran nivel y con un buen número de extranjeros. Pero cuando
Pablo Saavedra habla de sus inicios recuerda con mucho cariño a la UVT. “Estoy
muy agradecido por todo, por cómo me educaron como jugador y persona. Aprendí mucho de ellos” expresó el ex
comunitario que ahora milita en Francia hasta unos días más que finaliza la
temporada.
Pablo Saavedra en plena acción. (Facebook/Pablo Saavedra)
“El próximo año me vuelvo para Italia, pero no se donde todavía.
Mi mujer es italiana y tenemos la casa en Follónica. En Quevert firme solo por
un año” dijo Saavedra que llegó al país de la torre Eiffel de la mano del Yeyo
Sergio Burgoa y reconoce que es muy difícil su vuelta a esta liga. “Está lejos de mi casa y mi mujer, venir a Quevert
se le hace difícil. Ha sido una experiencia muy buena, he Jugado la champions, ganado la copa de Francia y con chances de
ganar también la liga, pero ya he decidido de volver para Italia” expresó.
Pablo Saavedra con la Copa Francia. (Facebook/Pablo Saavedra)
Cualquier persona que pone la familia como lo más importante
y le da prioridad, haría lo de Saavedra que resigna la
continuidad en un club donde ganó casi todo, en pos de su vida privada. Pero
esto no implica que no haya una nueva institución en el horizonte del
sanjuanino, que por prudencia prefiere no decirlo. “Si, por suerte lo hay” dijo
cuando se le consultó,si algún club mostró interés en él.
No es un jugador desconocido en Europa. Tras su paso por la
UVT y antes del Quevert, fueron tres clubes que lo contaron en plantilla y que
conocen su talento. El Tenerife (España) , Follónica (Italia) y Prato ( Italia)
en 5 años de permanencia en el Viejo Continente.
Pablo Saavedra. (Facebook/Pablo Saavedra)
Tiene 25 años y la madurez necesaria como para tomar medidas
importantes. Tanto que ya decidió no seguir en Francia y emprender el regreso a
Italia para continuar su carrera. Buscar un club que le “asiente” y viajar a la
Argentina “cuando pueda”. Dejar en el recuerdo su querida calle Cano del barrio
Edilco y el inicio de su carrera con
Gustavo Ortiz como técnico, también fue de “cojones”. Todo su historia en pos
de su sueño, para triunfar en el hockey, su pasión y en un mundo, hasta hace
poco desconocido para él. Y finalmente el valor de asumir la decisión de
quedarse a vivir en Europa definitivamente.
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