OPINIÓN
RAUL FARRAN
Cuando ayer a la siesta la Federación Argentina de Hockey
sobre Patines, confirmaba la deserción de Matías Pascual del equipo nacional,
sentí un sabor amargo, me cayó muy mal.
Es que no me resigno a perder dos talentos del hockey argentino. Con Pablo
Alvarez, en el mundial, éramos los que ganábamos todos los boletos para dar el
gran festejo. El 27 de junio imaginaba una
La Roche-sur-Yon pintado de celeste y blanco, con una enorme bandera dando la vuelta, empuñada por todos los
jugadores de la selección.
Pero iluso yo, me resigne a no creer lo que en Europa ya era
“vox populi” desde hace casi 10 días. Manejábamos ese rumor y se los
consultamos a unos pocos. Por este lado del mundo, nadie sabía nada. Era todo
un “no creo”. Y lo más penoso para mi, que no respondí a la máxima del buen
periodista, que las primicias hay que publicarlas, porque para las desmentidas
hay tiempo. “Me comí”, literalmente, una
noticia que iba a perdurar en la memoria colectiva del hockey como era la baja
de estos dos talentos de nuestro equipo nacional. Evitar el papelón informativo, fue la idea en
su momento.
Pablo Alvarez y Matías Pascual, ex jugadores de la selección nacional (Foto fcbsrcelona.es)
Hoy siento pena. No por haber evitado la primicia, sino por
la confirmación oficial de esta noticia, que nos deja con mucha menos
posibilidades para ganar la Copa del Mundo, porque en menos de 40 días hay que
replantear absolutamente todo y armar un nuevo esquema. Esto lo dijo el técnico
Giuliani, antes de oficializarse la baja de Matías Pascual. “Cambiará
absolutamente todo”.
Ahora, las preguntas surgen casi espontáneamente e invaden
el mundo del hockey argentino.¿El técnico, los jugadores?. ¿Presión extra del
mejor equipo del mundo para no arriesgar su patrimonio?.Si las lesiones existen, ¿es tan grave como para no jugar el mundial y estar en la última fecha
de la Liga ante Mataró?. Pascual fue titular y Alvarez fue al banco pero
ingresó y convirtió tres goles. ¿Por qué el Barza estaría interesado en debilitar
a nuestra selección si históricamente pagaba para integrarla?. ¿Es mejor ir de
vacaciones y no estar en el mundial?. ¿Qué es la selección para los jugadores?.
¿Y el amor por la camiseta, por los colores del país?, ¿dar la espalda a la
selección, porqué?
Tantas otras consultas, muchas más. Siento una gran presión
en el corazón, intuyo que mi deporte amado esta cada vez mas decadente y con
pronóstico reservado. Si ya no interesa integrar la selección, ¿Qué más se
puede pedir?. Que quedó de camada de jugadores que daban la vida por la
albiceleste ( los Martinazzo, Coria, Luz, Andino, Alvarez, Jose Luis Páez, Roldán, Allende,
Monserrat, Pelusa Cardozo, Panchito Velázquez, etc, etc, etc.)
Solo deseo que esto cambie. Que las próximas generaciones piensen
que la selección da grandeza, y solo hay que darle amor, poner la raza en ella.
No hace falta tener un gran técnico ni una gran estructura si los jugadores no
dan la vida por la selección.
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