domingo, 22 de junio de 2014

"El atroz encanto de ser argentinos"

Por Raúl Farrán

Somos extraños los argentinos y no tenemos remedios. Cambian las generaciones, las mañas y los modismos, de ser y aparecer, son iguales, los mismos que en antaño.

Veo con sorpresa que la reacción ante el resultado del partido Argentina-Irán fue muy crítica, en el Facebook y en algunas medios de comunicación, como si hubiéramos perdidos por escándalo y eliminados. No me quiero imaginar, si eso hubiera pasado.

Ahora, ganamos verdad?. Por un momento pensé que el gol de Messi, que mi televisor mostró, solo fue un sueño y en todos los otros aparatos, Hosseini y Ghoochannejhad habían marcado de cabeza, dejando con derrota a nuestro equipo.

No jugó bien la selección, es verdad, pero ganamos. De todas maneras, así hubiera sido un mágico partido, para nosotros, que todos lo sabemos y que en cada alma del ser nacional hay un técnico, le hubiéramos buscado la “quinta pata el gato”. Ya pasó en México 86, Bilardo era un “don nadie” e ibamos al mundial con menos equipo que Kazajistán y sin embargo, campeones. Muchos de los que estaban en contra de la selección de Bilardo, no se convencieron nunca y solo justificaron el mérito por la extraordinaria tarea de Diego Maradona.

Olarticoechea, Valdano, Burruchaga, Ruggeri, Brown y el resto, eran figuras decorativas que solo ilustraban la silueta del “Diez”. Muchos detractores no se conformaron ni con el “diario del lunes”.

¿Es necesario que ahora actuemos de la misma forma?. Porque tanta crítica, descarnada y hasta violenta, si solo ganamos un partido sin convencer?. ¿Qué queremos demostrar con este ser nacional?. Ganamos y punto. Está bien que analicemos que no supimos abrir la defensa iraní cuando bajaban los once para defender, que insistimos demasiado por adentro sin abrir la cancha, que los cambios llegaron tarde o que Messi fue un fantasma del que juega en España. Pero a pensar que caemos en octavos, que no tenemos a nadie y que Sabella es un “lacayo” de Lionel es demasiado. Como escuchar que el actual Chile, ante Argentina, gana 5-0. ¿No es mucho?.

La verdad, considero que como persona, miro la actualidad con un cierto grado de optimismo, y trato de imponerlo, en mi vida, como impronta. Mas allá de las criticas de que mi forma de ser, en varias ocasiones, no se condice con la realidad. Pero ¿es necesario ser pesismista y llevar todo al límite?.

Estas líneas apuntas a replantear la mirada crítica, tan nuestra y tan propia. No solo de la selección de Sabella, sino del país. No somos lo mejor, al menos no lo hemos demostrado aún, pero tampoco somos lo peor. No seamos enemigos de nuestros proyectos.


Por último, no justifiquemos “el atroz encanto de ser argentino” como publicaron hace unos años en la Tercera de Chile porque estaríamos avalando esa mirada nefasta de gran parte del mundo que “la Argentina está compuesta por millones de habitantes que quieren hundirla, pero no lo logran”

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