Las posibilidades en el hockey no llegan del azar.
Evidentemente para emigrar y llegar a Europa, el objetivo de muchos “pibes”, hay que demostrar y tener
cualidades. Hay que esforzarse en pos de un objetivo y perseverar hasta que se
dé. Pero sobre la base de un cierto nivel, talento y calidad demostrada.
Es, en esencia, la historia de Matías Arnaez, aquel pibe que
comenzó a jugar en Estudiantil, luego en Banco Hispano y finalmente debutó en
la primera de Valenciano. Ese mismo pibe que, hace unos días, viajo a España
para probarse en el Liceo y terminó arreglando en el Trissino de Italia. No
porque lo rechazaran en el club español, sino porque los italianos necesitaban un
jugador dinámico, que coincida con el estilo del equipo, y que se adapte
rápidamente al modo del hockey italiano.
Toda la vida el jugador, que debutó en la primera de la
Barraca por decisión del entrenador Juan Manuel Garcés, fue un defensor neto,
número dos tradicional, que ahora, en su nuevo destino, está dispuesto a
cambiar su viejo estilo por uno más ofensivo o tirado al ataque. “Siempre
fui defensor neto, pero desde que me fui a entrenar a España vi un poco mejor
el hockey y estoy atacando mucho mas, ya
no estoy jugando tan defensor como antes “ explicó este joven de 20 años
que jura esforzarse al máximo para lograr el éxito y cumplir con sus
expectativas.
“Las ganas de cambiar
el estilo de juego nació de mí, me di cuenta que tengo que hacer de todo, no
solo defender. Al verlo jugar a Jordi Bargallo y a Eduardo Lamas, entendí que
tenía que crecer hockísticamente” expresó el notable jugador que amplió su
concepto. “La verdad, no lo sabía. Allá
vi que los defensores y delanteros hacen de todo y muy bien” dijo.
Arnáez, nació un 30 de diciembre, en vísperas del año nuevo.
Y como una paradoja del destino, él está ante nuevos desafíos que lo ubican en
la antesala de sus sueños. Su ídolo y gran jugador, Carlos López fue el que le
abrió la puerta en el “Viejo Continente” para probarse en el Liceo. Carlos Gil,
entrenador del equipo coruñez lo convenció de la propuesta italiana para tener
más roce europeo. Es que con la plantilla que tiene el Liceo, iba a ser difícil que
tuviera tanto rodaje.
“Por intervención de
Carlitos López, me contacté con Luis
Rodero para irme a probar al Liceo. Estuve
entrenando todo un mes y me ofrecieron quedarme ahi a jugar, pero el DT del Liceo
Carlos Gil me recomendó que fuera a otro
club donde tuviera más minutos y así lograr rose europeo. Fue ahí que los del Trissino
preguntaron por mí a carlitos a Rodero y a Maxi Oruste” explicó.
Pese a estar en un gran momento y tener frente a él una
oportunidad que puede resultar “bisagra” en su carrera, el jugador de
Valenciano no olvidó sus inicios y destacó a cada técnico que lo dirigió.
También elogió a Carlos López que, con sus recomendaciones, facilitó la
transferencia. “Estoy muy emocionado y
contento por ir a Italia y demostrar todo lo que me han enseñado los técnicos
de acá. Seguir aprendiendo para llegar a ser un gran jugador como Carlos López,
es difícil pero no imposible, y es una meta que estoy dispuesto a superar, a
pesar de cualquier dificultad” dijo.
Aunque intenta hacer memoria para no olvidarse de nadie y
evitar quedar mal, Matías Arnaez destacó el trabajo y la influencia, sobre él,
de dos de sus entrenadores, de quienes tuvo palabras muy elogiosas. “Yo comencé en Estudiantil, pero a los 9
años pase a Banco Hispano donde estuve hasta los 17. Ahí estaba de técnico
Eduardo Quiroga que, considero, fue de quien más aprendí y me enseño todo. La
verdad estoy muy agradecido de haberlo tenido”. ….Y Juan Manuel Garcés lo
hizo debutar en primera. “El DT que me
llevó a primera y confió en mí desde que llegué fue Juan Manuel Garcés, una
excelente persona y muy buen técnico. Le agradezco por siempre tenerme en
cuenta en el club y por haberme dado las oportunidades que, sin ellas, hoy no estaría
yéndome a Europa. Eso me hizo crecer
mucho”
Esta es, en síntesis, la vida deportiva de un gran valor del
Hockey sobre Patines actual, que está llamado a ser grande. Su conciencia, su
forma de pensar y su notable esfuerzo por ser cada vez mejor y crecer como
jugador, lo hacen maduro y consciente del momento que está pasando. Dijo
sentirse feliz porque compartirá escuadra con su mejor amigo, Maxi Oruste, a
quien conoce desde la infancia y fueron compañeros en la Sub 20. Tiene ganas de
irse “lo más pronto posible y darle todo
al Trissino. Hacer un buen campeonato y esforzarme al máximo.
El se va, atrás quedan los años en el hockey sanjuanino, el
estudio, su familia. Se va tras un sueño, el de todo pibe que tiene frente a él la gran
ambición de su vida. Pero jura que volverá por todo aquello que dejó. Es apenas
un tiempo, solo hasta que las cosas se den. Sin preocuparse porque, después de
todo, "el que ha comenzado bien, está a mitad de la obra".
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