miércoles, 29 de abril de 2015

El día que enmudeció el Palau

No hace tanto, tampoco fue ayer. Solo unos días, pero que quedaron grabados a fuego en la memoria de Pablo Álvarez, la estrella argentina del “Barca”. Fue el 11 de abril pasado, cuando el talento “Albiceleste” volvía de una lesión, que lo alejó un mes de las pistas. El cuerpo médico del club catalán dio el ok para que el jugador ingresara al cinco inicial, y el técnico, sin dudarlo, aceptó.

                                          Pablo Alvarez y su amigo el gol. (Fotos fcbarcelona.es)

                                                 Tradicional pose del argentino, el festejo del gol

El partido era complicado, porque el rival, el Liceo, llegaba como escolta y con ganas de hacer historia en un estadio “imposible”. Pero ese día nada, nada pasaría a favor de los gallegos, encontrarían al auténtico “Messi” del Hockey. El nacido en Olimpia trinitense apareció en todo su esplendor, como si, en el mes de ausencia, hubiera “juntado” calidad para la gran vuelta. Y pareció así nomas…

Los 2.500 espectadores quedaron mudos, atónitos. Álvarez comenzó el juego justificando el  porqué es indiscutido en la formación catalana y en la selección argentina. Apenas unos minutos y ya había complicado mucho a Valentín Grimal, el mendocino del Liceo. Tres goles, de gran calidad, en el primer tiempo y dos en el segundo, convertían al sanjuanino en el primer hombre en hacer “póquer” en la temporada.  Fue una noche de sueños, un mago no hubiera pintado con exactitud esa tarde de hockey.


El resultado de 7-4 para el Barza fue anecdotico. Pero el partido quedó en la historia para el sanjuanino, que volvió con un juego maravilloso, para su equipo que se afianzó en la punta y para el público que quedó sin palabras. Fue la tarde que enmudeció el Palau

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