"Caer para levantarse, no es caer"

                                    Franco Ferrucio, desconsolado tras la derrota, abraza a su padre Juan

Adiós al sueño de la "Triple Corona". No pudo ser, quedará para otro momento, con otro cuerpo técnico y, tal vez, con otros jugadores. Los pibes de la "Albiceleste" recibieron, ayer a la tarde un duro golpe a sus sueños de campeonato y debieron dejar atrás sus ambiciones para pelear por un "impensado" 5to. al 8vo. puesto.

Evidentemente, la sorpresa se forma por la obligación de nuestra selección de figurar siempre en los primeros lugares, de ser una potencia mundial, de tener jugadores, individualmente, con una técnica brillante y de ser considerada, siempre, como candidata al título. Todo esto genera, en la previa de cada certamen, un condimento especial que obliga a la celeste y blanca a figurar, sin tener en cuenta, muchas veces y como en este caso, que la táctica implementada no fue la correcta, careció de todo juego ofensivo y solamente se limitó a disparar de media distancia sobre el arco francés. Argentina no fue Argentina.

¿Que le hizo pensar a Cairo que el remate de lejos era una táctica acertada?. Carente totalmente de ideas, el equipo argentino no supo descifrar, nunca, el juego defensivo del rival y solamente intentaba lateralizar los pases para sorprender a la defensa. Los franceses demostraron estar siempre atentos, inclusive dispuestos a convertir el segundo gol de contragolpe.

La selección nacional, en varios pasajes del juego, tuvo mas la bocha y se mostró mas ambiciosa. Pero, lamentablemente, el "querer no es poder" y en el hockey si se resigna al juego ofensivo, casi siempre, se pierde el partido. Con un primer tiempo que mostraba mas "apetito" de juego, un complemento muy desordenado, los juveniles nacionales lucieron impotentes ante una Francia mezquina pero decidida a no romper su esquema. El portero estuvo en su día. A tres minutos del final, le detuvo un directo a Maxi Ortiz que pudo ser el empate.

Tras la derrota, el planteo del mendocino Pablo Cairo quedó seriamente cuestionado por los diferentes entrenadores argentinos presentes en Vilanova. Toni Pósito y Juan Ferrucio, dos experimentados técnicos de juveniles,  si bien aceptaron la decisión del entrenador, por respeto, no compartieron ni entendieron el porque de la táctica.

No queda mas que mirar para adelante. Debe ser el final de un ciclo, que no aportó mucho, y terminó muy criticado por la forma en que se encaró el partido de cuartos de final. Pero queda la esperanza que jugadores de calidad hay de sobra, inclusive esta misma selección, con otro planteo, pudieron llegar mas lejos.

Habrá que contratar entrenadores que renueven la idea de juego, Que exploten la calidad individual en función de equipo. El inicio de nuevas formas y metodologías. Hay que tener esperanzas, hay que renacer, hay que saber que caer para levantarse, no es caer.

                                Festejo francés. Emoción y mucha alegría luego del partido frente a Argentina