sábado, 3 de diciembre de 2016

El hockey que matará al hockey

          Violencia. Foto ilustrativa

El espectáculo vivido anoche en cancha del SEC, en la disputa de una de las semifinales del “San Juan 2016” no es digno de un país campeón del mundo, y mucho menos de personas adultas, inteligentes y con muchos años en el deporte. El grado de violencia y agresión que se vivió, hacía mucho tiempo que no se daba en un escenario sanjuanino. Y mucho menos con policías agredidos, espectadores heridos, dirigentes de ambos clubes fuera de control y detenidos o demorados.

Quien escribe no ha estado en ese escenario y por lo tanto no es correcto mencionar personas ni situaciones agresivas determinadas que se dieron en el juego, donde estaba en disputa el pase a la final del campeonato  entre Olimpia y Centro Valenciano. Menos mal que era en “cancha neutral”

Pero el no estar presente, no me impidió informarme y averiguar datos y detalles de un partido que pasará a la historia como lo más vergonzoso que se haya visto en los últimos años en una pista local. Es muy común escuchar  “somos los mejores del mundo” y la “cuna del hockey” está acá. Pero  no es común hacer un “mea culpa” y decir que tal situación desafortunada es responsabilidad nuestra. En este caso, y en todos los casos que se dieron espectáculos similares, la culpa es de los otros, “yo solo fui víctima”.

¿Que un técnico reclame a la mesa de control por el supuesto mal ingreso de un jugador contrario y reciba como respuesta una recriminación, empujón y golpe de un ex presidente de club, es una situación normal?, ¿Qué una espectador utilice las muletas con las que se trasladaba para golpear al “tumulto” y herir a otros espectadores, es una situación normal?, ¿Qué haya personas tan fuera de si como para agredir y dar contra el piso a una oficial de policía es una situación normal?, ¿Qué un partido de hockey, deporte de familia, termine con 4 patrulleros y varios efectivos de la motorizada tratando de poner orden en una situación absolutamente descontrolada es una situación normal?, ¿Qué haya detenidos en la disputa de un encuentro de hockey, es normal?

Evidentemente ninguno de los hechos que hemos mencionado transita por los caminos de la “racionalidad”, más cuando no hubo en la cancha un hecho desencadenante. No hay jugadores involucrados en la violencia, solo uno que atinó a defender a sus familiares que eran centro de golpes. Y es loable decirlo, tampoco las acciones arbitrales empujaron para que haya un final semejante. Al margen jugadores y árbitros.

Lo peor es que no se espera una sanción ejemplificadora porque no hubieron jugadores involucrados y solo fueron acciones generadas por “foráneos” a la pista. En la reunión de hoy a la mañana en la Federación Sanjuanina de Patín se resolvió suspender la actividad en la rama masculina hasta que haya resolución el martes próximo. Tampoco habrá sanción de pista porque era cancha neutral y el dueño de casa no estaba presente.

Entonces, ¿Qué habrá después de estos hechos?.

No se puede, de ninguna manera, permitir algo similar. Una situación idéntica sería una herida mortal para nuestro deporte pasión. Los dirigentes no deben tolerar que el hockey aparezca en páginas policiales de los diarios, cuando el esfuerzo de muchos es constante para superarse día a día y presentar al hockey como un deporte ejemplo, al nivel de “los mejores del mundo”.

La sanción para los agresores debe ser durísima, seguramente hay fotos y vídeos que permiten detectar a los violentos. Los que generaron los disturbios no deben estar mas en una pista, no deben “contagiar y manchar” con su conducta a los que quieren ver un hockey de nivel. La Federación debe ser determinante. Fuera a los intolerantes.


Basta de violencia. Aceptar el “ojo por ojo” terminará dejándonos ciego a todos. 

1 comentario:

  1. Primero hay que aclarar que no somos los mejores del mundo, nos lo creemos y eso dista mucho.... Segundo hay que ejemplificar desde todos lados y no permitir esto, ni el solo grito de un padre y/o de un jugador a un arbrito.
    Estamos cada vez peor....y es una verdadera lástima, mal que nos pese.

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