domingo, 28 de junio de 2015

"Persevera y triunfarás"

Cuando a mediados de mayo nos enterábamos que Pablo Álvarez, primero, y Matias Pascual, después, no jugarían el mundial, muchos, pensaron que el pentacampeonato o la reconquista del título se estaba alejando y resultaría imposible. El rendimiento, que estos dos argentinos, habían mostrado en la OK Liga era demasiado trascendental  como para prescindir de ellos en La Roche sun Yun. De todas maneras, nadie negaba que la selección nacional llegaba a Francia con jugadores de envergadura, dotados técnicamente, como los mejores.



Dario Giuliani, fiel a sus pensamientos, convocó a Josi Garcia de Centro Valenciano, para reemplazar a Alvarez, y David Paez, que haría lo propio con Pascual. Y estas convocatorias generaría, en San Juan, otra polémica ante muchos “apasionados” seguidores que pedían por Emiliano Romero, “el gran ausente”. Otro foco de conflicto fue la, casi nula, convocatoria de defensores netos en el plantel mundialista, teniendo a Fernando Montigel (Viareggio) y Mario Rodríguez (Follonica), por ejemplo, como los mejores en sus puestos y con un gran año de ambos en Italia.

Evidentemente y a juzgar por los resultados, el entrenador del seleccionado nacional tenía muy claro lo que quería hacer y hacia donde quería llegar con las convocatorias, no giró en falso nunca y siguió con sus planes a pesar de todo.  A Josi García lo convocó porque a su criterio, “era un gran jugador con muchos fundamentos técnicos para estar en en el equipo y con mucha visión en ataque” dijo a CLASICO DEPORTIVO. Y a David Paez “porque su experiencia mundialista  y nombre en el mundo del hockey, le generaban al rival un respeto enorme”. Y el “Cachi” terminó siendo fundamental por su calidad en el juego y su personalidad. Los dos goles en la final fueron fundamentales para Argentina.

Y un tercer conflicto para Giuliani, que se presentó en Francia y, en su momento, generó muchas dudas, a la mayoría, menos a él. El arquero Valentin Grimal fue cuestionado por muchos argentinos que estaban en aquel país, viviendo el mundial, y abría una incógnita gigante con relación a la titularidad en este puesto. Y contrariamente, el Pocho Ariel Svriz, venía de tener un gran desempeño en la portería de Banco Hispano que le daban respaldo, ante la emergencia. Y el técnico, una vez más, no dudo nunca y lo mantuvo como titular. Y Grimal demostró, ante España especialmente, firmeza y seguridad.

Sería injusto no mencionar en este análisis los desempeños de todos los jugadores argentinos, algunos apareciendo en los momentos justos y cuando el equipo más lo necesitaba. Lucas Ordoñez y sus goles, la experiencia y el aplomo de Carlos López para conocer a los rivales como ninguno, la tremenda categoría de Reinaldo Nalo García para subir y bajar, a demanda,  Matías Platero y especialmente y , renglón aparte, CARLOS NICOLÍA. Fue impresionante su mundial . Ante 

Portugal, en ese penal que giró y descolocó al portero lusitano con una maniobra de antología, demostró su calidad y categoría. Sin duda, a criterio de muchos, el Messi del hockey argentino. Además su humildad y “Don” de gente  para recomendar esfuerzo,  dedicación y mucho trabajo para tener éxito. Y dedicarle esas palabras a los pibes del hockey argentino que están haciendo escuela porque “nosotros somos ellos y ellos en el mañana serán nosotros” dijo en esa dedicatoria.


Un logro que enaltece la categoría individual y natural de los jugadores argentinos, todos titulares y suplentes y muy especialmente al cuerpo técnico que dejó en claro con su “perseverancia y firmeza” que el talento individual, que apareció en algunos partidos,  gana juegos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos.

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