lunes, 18 de mayo de 2015

Y ahora, a buscar Plan B


OPINIÓN
ESCRIBE  RODRIGO BELERT
Periodista de Radio de la Paz

Primero fue la bomba de Pablo Alvarez, con explicación oficial del Barcelona argumentando que el delantero tiene una osteopatía dinámica de pubis cuya rehabilitación hace imposible su presencia en el mundial y el objetivo es llegar a punto a la próxima temporada. Pocos días después, hoy, la noticia de que tampoco puede estar otro barcelonista como Matías Pascual, también por lesión.

  La traumática histórica relación entre el Barcelona y la selección argentina llega así a otro difícil round en el cual queda de por medio la dificultad para el éxito albiceleste en el mundial, la imagen de los jugadores ante su lejano público que ya los acusa de no amar la camiseta y la presión del club más poderoso del mundo que nuevamente impone sus condiciones sin posibilidad de negociación.

  Si bien las lesiones de ambos eran un rumor que empezaba a escucharse hace semanas, que las mismas eran comprobables (Pablito estuvo cuarenta días parado para poder llegar a las tres fechas finales de la OK Liga, y la lesión de Matías también empezaba a conocerse), las preguntas que se formulan son muchas y complicadas para tener una respuesta cierta: ¿la gravedad será real para que no puedan estar o sólo se trata de “no arriesgarlos”?; ¿los jugadores estaban realmente interesados en estar?; ¿podían ambos hacer “una fuercita” para convencer al Barça de que los deje viajar?; sabiendo que ya Pablo no quiso ir al mundial pasado, ¿se puede creer en la lesión?. Insisto en que las respuestas son difíciles de conseguir, el resto va en las ganas que tenga cada uno de creer o no, (personalmente siempre apuesto a la buena fe y no tengo por qué dejar de hacerlo esta vez) pero el problema ya está creado y es grande.

  Hace instantes, Darío Giuliani contaba a Radio de la Paz su bronca por las deserciones (sin explicitar si estaba enojado con el Barça, con los jugadores o con todos), ratificaba que tanto Alvarez como Pascual le manifestaron en su momento la total predisposición para estar, que Pablo le contó la semana pasada que el plan de recuperación dispuesto por la parte médica del Barcelona era tan largo que no llegaba ni por casualidad en condiciones al mundial, y daba la impresión que realmente lo sorprendía la baja de Pascual.

  Y es que esto desarma realmente lo que giraba en la cabeza del técnico: un equipo base con los tres de Barcelona (Pascual, Alvarez, Reinaldo García) más la experiencia española y la adaptabilidad a todos los puestos de Matías Platero. Es decir, se desarma medio equipo titular y obliga a cambiar los planes (quizás García – Platero atrás y López – Nicolía adelante, u Ordóñez ).   Las alternativas a las lesiones también sembraron polémica: mientras desde San Juan clamaban por Emiliano Romero y desde Mendoza por Lucas Martínez, Giuliani se inclinó por Josi García y David Páez. Dos jugadores de innegable talento y experiencia, pero de presente dudoso. El primero por llevar lo que va del año casi sin partidos oficiales (jugó muy bien y ganó el argentino en Casa de Italia, pero está fuera de forma) y David no luce en un equipo que no luce, quizás ahí esté el tema. Giuliani apuesta que los cuarenta días que los separan del mundial serán más que suficientes para ponerlos a punto. ¿Y por qué no Romero y Martínez?. La respuesta estaría más por el lado de la experiencia mundialista de García y por el respeto que infunde Páez y la polifuncionalidad para un equipo con pocos defensores netos.


  Lo que sea, aleja todo del plan de trabajo original: a la escasa cantidad de días de trabajo (posiblemente la más corta de la historia) compensarla con jugadores que se conocen y entienden de todos los días. Ahora todo cambia, más que nunca apostando a la imprevisibilidad y el talento individual, la fórmula que España ha destruido desde el 2001 con puro juego colectivo y mecanización. Podremos? Ojalá, lo soñamos, lo queremos, tanto.

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